Este símbolo representa el “compromiso voluntario” del Ser para consigo mismo.
Antiquísimo símbolo de la tradición esotérica, de la alquimia, presente en todos los textos herméticos de la antigüedad. Llamada también Estrella de David o Magen David.
Este hexagrama representa la unión de los dos mundos Espíritu y Materia; irracional/ inconsciente y racional consciente; Macrocosmos/ Universo y Microcosmos/ Hombre, etc.
En Astrología esta estrella está formada por planetas que se ubican unos de otros con ángulos de 60º o aspecto menor llamado Sextil, cerrando de esta manera el círculo con la figura del hexágono; estos sextiles se unen en grupos de a tres formando trígonos o aspecto mayor de 120º, se cierran así dos triángulos equiláteros superpuestos, donde el vértice de un triángulo se opone al vértice del otro. Y así entra en escena el tercer aspecto que compone este aspecto astrológico compuesto que es el aspecto de 180º llamado oposición.
Los planetas que están formando el gran Triángulo de Agua y el gran triángulo de Tierra que están superpuestos, fluyen en su propio plano en el cual se manifiestan armónicamente, dialogan entendiéndose cada uno de que habla porque están en el mismo plano de manifestación y su armonía se completa en que los planetas activan los 3 ritmos accionar, condensar, distribuir.
Los sextiles son los aspectos que funcionan activamente en armonía y en su función de ser los que unen los dos planos, los dos triángulos. Sellan los dos mundo, con esta “función de sellado, encadenan” esos dos planos de manifestación trayendo las posibilidades, las opciones, los recursos en lo mental para trabajar lo que en lo más profundo este símbolo que se forma en el Cosmos nos trae en la Tierra.